Aquella tarde apareció él, sin esperarlo, con su sonrisa de oreja a oreja, sincera, confiada; su cuerpo grandote con manos fuertes que me dieron a probar un plato recién cocinado, eran churros, dulces por cierto.
Me pareció un ángel en medio de un estercolero, a buen seguro que creció entre algodones, alguien asi, diferente como ahora se dice requiere mucho esmero y atención por parte de sus padres, porque es la bondad personificada, la maldad ni la malicia tienen cabida en él.
Con un abrazo me despedí de Rafael hasta la semana próxima aunque no pudo ser desgraciadamente.
Pocas veces he sentido un abrazo más fuerte y limpio, tampoco unos ojos brillantes y más transparentes que el agua clara en un alma sin manosear; como padre que soy pensé en los peligros que corre en un mundo en el cual el diablo siempre habla muy dulcemente, como dijo Stephen King.
GREGORIO GIGORRO "Retrato" Acrílico sobre papel 30 x 20 cm Firmado y fechado en octubre de 2023 En Aranjuez a 12 de noviembre de 2023 |