viernes, 1 de mayo de 2015

Sobresalto


Al llevarse la taza a los labios, se quemó un poco, dejándola sobre el plato bruscamente, manchándose sus piernas desnudas.
 
Abrió los ojos, más de lo que los tenía y eran hermosos, balbuceó...Ar...Armando Menéndez Caracciolo, ¡Dios mío!, había sido su primer novio cuando cursaron estudios en el Instituto Italiano de Madrid, lejos quedaban aquellos días dulces, cuando descubrieron el amor, el primero. Mas tarde su partida a Estados Unidos para estudiar arquitectura, dura para los dos, más difícil aún para ella.
 
El tiempo pasó inexorablemente; se enteraba de vez en cuando de sus éxitos, él se había convertido en el arquitecto de moda, presente frecuentemente en fiestas de alto copete; a ella no le había ido mal como publicista, amante de su trabajo y sobre todo de sus tres hijas. En cambio él parecía haberse casado únicamente con su trabajo.
 
Ahora yacía solo, sin focos, felicitaciones, ningún agasajo social.
 
El brusco sonido del despertador, le hizo saltar de la cama como siempre a la misma hora y como siempre encendió la cafetera pues la preparaba la noche anterior. A continuación enchufó la radio en la misma emisora para escuchar las noticias; una voz grave pero no seca, decía: "Esta mañana han encontrado en la piscina municipal a un ahogado de mediana edad; por el momento se desconoce su identidad".
 
Ella se quedó fría y se sentó abatida, confusa, mientras tomaba su desayuno, no por mucho tiempo sino quería perder el autobús para ir al trabajo.
 
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Sosiego"
Tinta y acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2015
Medidas: 33 x 24 cm




En Aranjuez a 1 de mayo de 2015







 
 

domingo, 26 de abril de 2015

El susto


El olor a hierba recién cortada, se mezclaba con el de la gasolinera cercana, cruzó la carretera con paso rápido, tomó el paseo de los olivos, disfrutando de la fragancia del romero y por fin llegó a la piscina municipal; siempre quería ser la primera, era impagable cortar con suavidad el cristal transparente, límpido del agua, además temprano estaba más fría, eso le tonificaba.
 
Se despojó en un pis pas del pantalón corto y las zapatillas,  al aproximarse, se quedó lívida, sin habla; un cuerpo varonil joven flotaba, permaneció un rato observando al cadáver, sin mover los labios, ajena a los devaneos sonoros de los pájaros, al ruido de los coches.
 
¿Quién era aquel hombre? Se dirigió a la recepción comunicando lo sucedido, mientras que llegaba, intentaba buscar y rebuscar en su cerebro aquella cara que esbozaba una leve sonrisa, pues no le era desconocida, ¿Dónde la había visto antes?
 
Dio al conserje su número de teléfono, indicándole que estaría en el bar de enfrente, por si pudiera ser de ayuda a la policía, que sin duda llegaría en un santiamén al lugar, pues de ese tipo de sucesos había que desembarazarse lo antes posible ya que no daban buena prensa a ningún sitio.
 
Al mismo compás que movía el oloroso café, su cabeza daba vueltas  y más vueltas, hurgando en sus recuerdos.
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"En su mundo"
Acrílico y tinta sobre cartón
Firmado y fechado en 2015
Medidas: 33 x 24 cm




En Aranjuez a 27 de abril de 2015
 

miércoles, 22 de abril de 2015

Abierto de par en par


La primera vez que me regalaron un libro, fue en la escuela, don Vicente el maestro a la sazón, se dio cuenta de mis habilidades con el dibujo, por eso me regaló una biografía de Joaquín Sorolla y Bastida, ¡madre mía, lo que me gustó!, nunca supo el bien que había hecho, más tarde quizá tendría trece años, el párroco de mi pueblo, don Pedro hizo lo propio con "El Quijote", eran y son tres tomos, encuadernados finamente, con pasta dura, de color rojo corinto y adornos vegetales en oro; recuerdo como pasaba las hojas, con sumo esmero, se diría que fueran a quebrarse.
 
Más tarde me apunté al Círculo de Lectores gracias a una amiga del pueblo y fue otra revelación, me comía literalmente los libros; si quieres, puedes procurarte un ratito de soledad, de placer, de un viaje en toda regla sin moverte del sitio donde te encuentres, sin embargo te entran unas ganas imperiosas de conocer lo que han descrito en esas páginas.
 
Es curioso recordar una de mis primeras ilustraciones, se trataba de lanzar una colección de libros de bolsillo, les hice una familia de cuatro miembros, situados en una azotea bajo un sol radiante, reunidos en torno al padre, quien les leía plácidamente mientras los tres escuchaban tan ricamente; era la revista "De Libros".
 
De lo que les refiero ha trascurrido cierto tiempo, pero esto no ha empañado ni por asomo la idea de inculcar desde bien pequeños a nuestros hijos las variopintas facetas que tiene la vida desde dentro de la familia; las ansias de conocer, de superarse, la curiosidad del ser humano lejos de recortarse se ha de desarrollar, fomentar desde pequeños. La lectura te pone en contacto con otros mundos lejanos a ti, otros personajes, otras historias..., además tenemos la suerte de hablar un idioma como el nuestro que nos pone en contacto con un gigantesco número de publicaciones de toda índole a lo largo del mundo y eso no es moco de pavo.
 
Hoy estamos de fiesta, ¡cuánto hizo Cervantes por nuestro idioma!, y que poco hicieron sus coetáneos por él, pero sin embargo perdura su obra, poco importa la carcasa que arrastró en su azarosa vida.
 
La educación que comienza en la familia debe continuar en la escuela, en la calle, a lo largo de la vida; generación tras generación aumentando así nuestro acerbo cultural. El idioma es un instrumento de relación entre las personas y la literatura la forma escrita, que nos hace más ricos, verdad de la buena. Las palabras representan ideas, conocimientos, sensaciones que aliadas con la fantasía pueden proporcionarnos momentos deliciosos, inolvidables y mágicos.
 
Gracias, mil gracias, allá donde esté, Señor Príncipe de los Ingenios y nosotros si hace falta haremos como aquellos personajes de Truffaut reunidos en una isla inaudita para transmitir el saber de unos a otros de forma oral, para que nada ni nadie se prive del gusto de leer.
 
 
¡Feliz día del libro!, en Aranjuez a 23 de abril de 2015.

sábado, 18 de abril de 2015

Anhelos


Como quien caza mariposas, yo secuestro tus besos al aire, por todos los rincones de la casa, cerca del rio, dentro del bosque.
 
Desde por la mañana hasta llegar la noche negra.
 
Cuando esto sucede, tengo un montón para darte, bajo el manto de las estrellas.


"En el patio de los Arrayanes"
Granada, en la Navidad de 2014

sábado, 11 de abril de 2015

Duende


Su sobresaliente desparpajo al igual que su dulce sonrisa desarmaban a cualquiera, sobre todo cuando ella decía: "Le  puedo ayudar en algo".
 
Todo, absolutamente todo, destilaba en ella otro aire, su desbordante alegría, el sabor distinguido que la hacia diferente a las demás; una flor de otro mundo, sí, Linda era así sin remedio.


GREGORIO GIGORRO
"Mariquilla"
Oil on canvas
Signed and dated in 1980
Dimensions: 41 x 33 cm



Aranjuez a 11 de abril de 2015


jueves, 2 de abril de 2015

Silencio, se rueda



Ruido de tacones sobre el parqué del salón, se caen papeles por el suelo, que recoge apresuradamente, ropa revuelta sobre la cama, la maleta se colma con ella y los documentos y demás enseres personales.
 
Ruido de botas en la cocina, olor a café recién hecho bajo la luz amarilla de la bombilla, puertas que se cierran, armarios que se abren, sonido de tazas sobre la mesa.
 
Última ojeada al apartamento, a las plantas, a los cuadros, a los objetos múltiples que han jalonado su vida, dándole un sentido particular; golpe brusco en la puerta, ruido de llaves, el teléfono suena ronco e insistente, nadie contesta.
 
Abren con cuidado el ascensor, ya en la calle un taxi les espera  en aquella fría noche de abril; se pone en marcha, ruido del parabrisas monótono, enfilan la avenida sembrada de farolas somnolientas, camino del aeropuerto.
 
Al rato un coche negro frena en seco delante de la casa, descienden apresuradamente y suben deprisa los cuatro hombres vestidos con gabardinas y sombreros; enseguida se encienden todas las luces de la casa abandonada, se siente el estrépito de un caer de muebles, trastos que se hacen añicos; no dejan títere con cabeza.
 
Preparados para despegar, se miran los dos, llenos de nostalgia. Vuelan hacia la esperanza.
 
 
GREGORIO GIGORRO
"Calma"
Acrílico y tinta sobre papel
Firmado y fechado en 2015
Medidas: 30 x 21 cm



En Aranjuez a 2 de abril de 2015
 

domingo, 15 de marzo de 2015

La despedida


Se despertó empapado de sudor, recordando aquella tarde aciaga, le resonaba aquel adiós con portazo y discusión incluida; en su relación eran frecuentes ambas cosas, las subidas y las bajadas de tono, pero siempre había una reconciliación más o menos fogosa, así iban apuntalando su convivencia maltrecha.
 
La situación se agravó cuando ella recibió una oferta de empleo, fuera de la ciudad, en el norte del país; era apetecible y un dinero extra les venía muy bien, pues él no estaba en su mejor momento, vender pisos en el momento actual, no era muy rentable; se acordó que él se quedaría con su única hija y se verían los fines de semana, parecieron estar de acuerdo, sería un punto de inflexión en sus vidas.
 
Ella con demostrado don de gentes y una experiencia dilatada, se hizo enseguida a su nuevo puesto, era el mismo que ocupaba, sólo cambiaba el lugar, pues trabajaba como secretaria de dirección en una empresa internacional, dedicada a la exportación e importación de mobiliario de cocina. Al principio se veían todos los fines de semana, los tres se alegraban, no había reproches ni discusiones; poco a poco, él fue notando que ella empezaba a decirle de su cansancio, de la presión laboral, a lo cual él respondía, no pasa nada..., iré yo a verte...,  y así iba transcurriendo el tiempo como la lluvia se desliza a través de un cristal.
 
En una ocasión, decidió ir a verla solo, ya que su hija pasaba el fin de semana en casa de una amiga; sería una sorpresa; al llegar a su punto de destino, salió a la calle, de pronto sintió un bofetón de humedad, mezclado con el aire del mar, era lógico, la ciudad estaba al borde del mar, rodeada de abundantes bosques, no le dio importancia, pero al mismo tiempo notó un desasosiego. Enfiló la calle reluciente mientras sorteaba la fina lluvia a un paso ligero que se convirtió en carrera a medida que el aguacero aumentaba, casi calado se metió en un bar situado en una frondosa plaza con un templete en el centro, desde su mesita con su humeante café, veía discurrir la vida de aquella ciudad del norte...
 
  Continuara....
 
 

Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"El  chapuzón"
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2015
Medidas: 50 x 35 cm



En Aranjuez a 15 marzo de 2015